Movilizados por la razón y la justicia

20/12/09

Pasó un tiempo, los futbolistas cobraron sus deudas como reclamábamos y la situación del fútbol, en ese sentido, se normalizó. Ya comentamos lo sucedido. Y ahora volvemos sobre el tema valorando a la distancia el trabajo realizado, con ciertos detalles de lo que se hizo que merecen ser conocidos.
Es cierto que el fútbol siempre ha mostrado una mala conducta a la hora de pagar los salarios y asumir los compromisos de los contratos firmados. Y no es menos cierto que Futbolistas Argentinos Agremiados ha bregado constantemente en función de minimizar y achicar esa brecha de impagos que hubo históricamente. Por ejemplo, recordar la huelga del año 2001, cuando se cobraron unos 60 millones de dólares y unos tres mil jugadores percibieron lo que les correspondía, siempre con la expectativa de que esa lección iba a ser aprendida. Luego siguieron las inhibiciones eficaces y exitosas, que realizamos año tras año con responsabilidad y compromiso. Cuando arrancó el 2009, aunque estábamos metidos en la renovación del Convenio Colectivo de Trabajo, que ya ha sido homologado y en plena vigencia, comenzamos a analizar que había un grado de incumplimiento importante que se iba profundizando. Así, a través de la AFA o directamente con los clubes, empezamos a exhortar para que trataran de llegar al final de la temporada con los salarios al día. Notamos que pocas instituciones tomaban en serio la sugerencia del “fair play financiero” que impulsábamos y en las reuniones que llevamos a cabo en el gremio se fue conformando la idea fuerza de exigir la cancelación de las deudas mencionadas en su totalidad.
Con la situación económica del país y la crisis financiera mundial, parecía una utopía, pero todos los días nos fuimos convenciendo de que había que hacerlo. La satisfacción es que, a pesar de lo utópico que parecía el objetivo, todos fuimos detrás de la idea y a partir de mayo empezamos a trabajar con un análisis club por club, consultas con los jugadores… todo muy prolijo, muy minucioso y con mucho compromiso. Al final, lo trasladamos a la AFA y llegamos a la conclusión de que existía una cantidad enorme de contratos impagos, pero con un condimento explosivo: la insolvencia de los clubes. Se planteaba el inicio de la temporada 2009-2010 y dijimos que, bajo tales circunstancias, era casi irresponsable comenzar los campeonatos. De hecho, no empezaron en la fecha prevista, poniendo una vez más un manto de responsabilidad y justicia. Exigimos entonces que se pagaran todos los salarios caídos hasta el 30 de julio, priorizando a la Primera B como el primer pago a realizar. Luego la B Nacional y después la Primera División, porque, como siempre ocurrió, el que más tiene, más espera. En definitiva, con gran satisfacción podemos decir que al 30 de julio de 2009 los salarios estaban pagos. El campeonato arrancó el 21 de agosto con todos los jugadores al día, algo que sucedía por segunda vez, porque la anterior fue la citada de 2001. Esto se desarrolló exitosamente debido a algunas razones contundentes: en primer lugar, que el reclamo fue sólido y tuvo validez desde el punto de vista legal y moral. Y fundamentalmente, por la dedicación del grupo de muchachos que nos acompaña. Me refiero a Sergio Seguel, a Darío Checchia, a Cristian Aragón… al mismo Carlos Pandolfi, quien a pesar de ser Presidente de la Obra Social y tener que solucionar situaciones ligadas a la salud del futbolista y de su grupo familiar, también estuvo al pie del cañón colaborando en todo lo que hiciera falta; a la tarea de la Asesoría Letrada (los doctores Juan Carlos Suñé, Juan y José Confalonieri); al contador Raúl Pagano, y al acompañamiento de todos los empleados del gremio, que se pusieron a disposición incondicionalmente desde cada función.
No hubo horario para la tarea. Tuvimos que ir a cada club, reunirnos con los planteles, recorrer el interior del país… la meta era que todos los salarios estuvieran pagos antes del inicio de la actividad. El campeonato comenzó el viernes 21 de agosto. Y el jueves 20 el objetivo se había cumplido. Se hicieron más de 18.000 cheques, cobró un total de 1.230 futbolistas y creo que, de no haber sido por esta gestión, difícilmente eso hubiera ocurrido. Pero allí no terminó nuestra tarea, porque también tomamos el compromiso de asegurarnos que el dinero llegara a manos de los futbolistas. Los jugadores vinieron a la sede de Agremiados… y en los casos de los que no pudieron venir, nos encargamos de ir a verlos, como sucedió con los planteles de la CAI o de los clubes rosarinos.
En episodios como el que vivimos, indudablemente sale fortalecida la institución. El final exitoso fue producto de largas reuniones y de estar incondicionalmente donde había que estar. No resultó fácil que la AFA pagase por los clubes, pero así sucedió. Fue más práctico y eficaz. Esto que ahora nos hace sentir satisfechos y orgullosos fue posible por el compromiso, la solidaridad y el convencimiento de todos. Nos moviliza la pasión, que hace que cada día pensemos qué hacer para mejorar, para crecer. Por eso a través de estas líneas quiero agradecer el esfuerzo de mis compañeros y valorar la existencia de nuestra institución. Yo vine aquí en 1979, cuando era muy joven, y me llamó la atención lo que hacían los muchachos que estaban por entonces. Los identificaba una frase que aparece en el Convenio Colectivo. Decía “movilizados por la razón y la justicia”. Y es un lema que mantiene su vigencia y que tratamos de mantener y de respetar. También aprovecho la oportunidad para hacer un pequeño comentario. En la última revista del año anterior mencioné que el 2008 había sido un año difícil y que habíamos podido responder ante los obstáculos que surgían. También que el 2009 sería complicado, que había que prepararse para la tarea difícil que se venía. Por suerte superamos con creces las expectativas que teníamos y salimos nuevamente adelante.

SERGIO MARCHI
Secretario General de FAA

Diciembre 2009

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